domingo, 12 de septiembre de 2010

15 años sin Jeremy

Hoy se cumplen 15 años desde que el gran Jeremy Brett nos dejó. Lamento mucho no haber tenido ocasión de acabar la entrada sobre él anunciada en la columna lateral. No obstante, brindamos por su memoria; lo hacemos, a riesgo de caer en el tópico, con esta entrañable canción. Innecesario insistir en el error sobre la productora de la serie.




I'm in love with jeremy brett
he was the single greatest sherlock holmes yet
in a series on the bbc
I used to watch him here on a & e

hair slicked back and impecably dressed
his only prop could be a single cigarette
he was an actor in the old regaurd
who took the stage intent to fully become his part

he was a sort of dandy in the classic tradition,
a bon vivant filled with bouts of depression

sundown sunday, kensington high street
in a cabretta with a floral scarf
london's yours, man you got macbeth tonight
a scull in your hands in the fire light
tobacco and champagne and you're feelin alright!
a cab across town and a kiss goodnight

he played a holmes that was deep and dark with faults -
richly complex & brilliantly detailed
a "Damaged penguin" with genious intuition
an animated spider with singular vision
who's only need was a case to consume him
to stave his addiction to a certain solution

David Burke and Edward Hardwicke,
played it perfect as his friend and companion
a kind hearted, affable watson
everyready with a loyal hand in
any case that holmes would command him
I always felt holmes couldn't do with out him

brett's wife died back '85
all the grief triggered manic depression
could see it in his face - that he was heavily grieving
(his heart grew thin and finally stopped beating)

jeremy brett
I never knew you
OH! Darling!
I dedicate this song to you!

F.Q.Orrall

domingo, 29 de agosto de 2010

El Sherlock de Moffat y Gatiss: el regreso

La BBC ha confirmado hoy, tal como habíamos pronosticado aquí hace unas semanas, el regreso de su serie Sherlock. La segunda temporada constará también de tres episodios y se emitirá en otoño de 2011.

lunes, 9 de agosto de 2010

El Sherlock de Moffat y Gatiss

La serie Sherlock, creada por Steven Moffat y Mark Gatiss, se compone de tres episodios, emitidos originalmente por la BBC el 25 de julio, el 1 y el 8 de agosto del presente año respectivamente. Tras la buena recepción del primero, la productora ha sugerido vagamente que podríamos esperar más episodios en el futuro.

Toda adaptación de Sherlock Holmes de calidad se debe un análisis interesante del Canon. Veamos cuál nos proponen aquí:

Skyline
Londres es casi un personaje más

Las dificultades del mundo moderno
Las transposiciones de una narración o asunto a un tiempo posterior al cual éstos se desarrollaban originalmente implica una decisión fundamental ¿la diégesis original es conocida, como realidad o como ficción, en el mundo que postulamos? La decisión más habitual es que no se conozca. Por ejemplo, en el Hamlet de Kenneth Branagh, pese a desarrollarse en un ambiente de principios del s. XIX, nadie parece darse cuenta de que les ocurre lo mismo que en la tragedia de Shakespeare, aunque era muy famosa en aquella época; es decir, se postula un mundo en el Shakespeare no ha existido. El segundo caso, que la obra sí exista en el mundo postulado, es menos frecuente, pero la encontramos, por ejemplo, en el largometrage Mujeres en Venecia, adaptación del Volpone de Ben Jonson, o en la fallida serie Hyde de Moffat, donde los personajes sí conocen la obra original y comentan los paralelismos.

En la serie que nos ocupa se postula un mundo en el que el Holmes literario no ha existido. Un mundo sin Holmes no sería el mismo, no sólo porque no existiría el museo del 221b de Baker Street, en cuyo lugar encontramos una residencia, y demás lugares de culto, estudios, pastiches y souvenirs, sino por el estímulo que significó el personaje para la popularidad de la aplicación de técnicas científicas a la investigación policial, en incluso para su desarrollo —recordemos que Locard lo consideraba su inspiración— . Estas consideraciones han de obviarse, por supuesto, cuando aceptamos el pacto de ficción que se nos propone.

Otra dificultad es que un Holmes contemporáneo ha de renunciar a algunos de sus atributos tradicionales. Un ejemplo es su tabaquismo compulsivo, resuelto por los guionistas con ingenio y humor: «Un caso de tres parches de nicotina». Otro ejemplo, relacionado con lo que comentábamos más arriba, es que Holmes estaba en la punta de la tecnología y la ciencia forense de su época, superando con mucho a la policía oficial. Recordemos, por poner un solo ejemplo, SHOS: «Desde que cacé a aquel monedero falso por las virutas de zinc y cobre en la costura del puño, han empezado [en Scotland Yard] a darse cuenta de la importancia del microscopio». Mantener esa prioridad holmesiana hoy hubiera significado tecnificar demasiado la serie, entrando en el ámbito, casi de ciencia ficción, que ocupan series como SCI, desnaturalizando el personaje.
vlcsnap-324849
Hace cinco años, en China, el callejero londinense era un libro que todo el mundo tenía


vlcsnap-323850
O la policía metropolitana no autopsia a los suicidas o se les pasó un tatuaje


Por último, hemos de señalar que la serie se inscribe en una larga tradición de actualización del personaje. Las primeras adaptaciones fílmicas le situaban sistemáticamente en la época de la producción, porque le consideraban todavía lo suficientemente contemporáneo, de manera parecida a lo que nos ocurre hoy con la serie cinematográfica de James Bond o con Los Simpsons. Hasta el Perro de los Baskerville de 1939, la primera película protagonizada por Rathbone, no se tomó conciencia de que la diferencia de ambiente y tecnología era excesiva y hubo una voluntad de recreación de la época victoriana. Aunque esa premisa se observó en la película siguiente, Sherlock Holmes contra Moriarty, la serie de películas protagonizada por Rathbone pasó inmediatamente a ambientarse en el mundo contemporáneo La voz del terror, 1942— por lo que hemos de situar ahí el primer intento consciente de actualización del personaje, tendencia que no se rompería hasta el Perro de la Hammer, en 1959.

El caso de la muleta de alumino:
El mayor logro de la serie es la coherencia en la motivación de los protagonistas. ¿Qué hace que Holmes quiera a Watson como compañero y viceversa? Al margen de cierta tensión sexual no resuelta, sugerida por numerosos comentarios equívocos, Holmes explicita que necesita un asistente frente a Lestrade (15'45'', primer episodio) ¿Por qué? él mismo da la respuesta «Pienso mejor en voz alta» (47'45'' 1er. ep.), pero, sobre todo; «El genio necesita un público» (48'31'' 1er. ep.); aunque lo dice hablando del asesino, es evidente que se lo aplica así mismo y así lo entiende Watson que responde con un asentimiento irónico, en un diálogo que expresa un análisis en el que estarán de acuerdo muchos lectores del Canon.

Más interesante todavía es la motivación de Watson. La posibilidad de que la herida en la pierna de Watson sea de origen psicosomático es ya clásica. Barring-Gould atribuye la idea a un corresponsal que prefiere guardar el anonimato, pero la explica como una somatización de su inferioridad respecto a Holmes, tanto intelectual como físicamente, a lo largo de sus aventuras. En cambio, en la serie, se considera que la cojera procede de la inacción; echa de menos la guerra y, junto a Holmes, el viejo soldado se siente de nuevo en el campo de batalla, según el agudo análisis de Mycroft (39'30'' 1er. ep.), subrayado en diversas ocasiones del primer episodio, en particular, cuando olvida su muleta en el restaurante para lanzarse a una persecución (51'51''). Esto es coherente con el Canon, ya que se queja de su pierna en SIGN en un momento sedentario y jamás lo hace en escenas de acción, donde debería, precisamente, solicitar la pierna.

Skyline
Ella era el objetivo del asesino, pero Watson la deja sola para ir a proteger a Sherlock: Cada cual sus prioridades

Incluso la señora Hudson tiene una motivación satisfactoria. El hecho de que deba un favor a Holmes justifica la paciencia que tiene con él desde un principio y su difunto marido delincuente la dota de un pasado sugerente. Más importante todavía: la relación con sus inquilinos en el Canon tiene cierta ambigüedad, ya que, pese a ser la propietaria, parece asumir funciones de servicio —contradicción explicitada en los diálogos de la serie repetidamente «I'm your landlady not your housekeeper!»—. Esto queda explicado con sutiliza por el carácter maternal de la señora, del que abusan los inquilinos, a los que no les falta una faceta infantil, como también observara la Mrs. Hudson de la serie de Granada (TWIS).

Holmes y la realidad
Un aspecto muy interesante del Canon, pocas veces explotado en las adaptaciones, es el hecho de que Watson da al público información crucial sobre la vida y los métodos de Holmes y la gente que lo rodea, lo que podría dar una ventaja a los criminales; podemos verlo en una de las películas de la Universal, donde la malvada dice haber estudiado los métodos de Holmes en las obras de Watson. Con la actualización este efecto se amplifica, ya que la información se genera y transmite mucho más rápido. Watson lleva un blog, equivalente a las entregas de la revista Strand; «Estaría perdido sin mi Boswell blogger» (3er ep. 10'53''). La página de Holmes viene a ser el equivalente, en el primer episodio, del artículo «El libro de la vida». Si la creación de falsos blogs atribuidos a los personajes es frecuente, recordemos el caso de Cómo conocí a vuestra madre, dada la particular relación de las aventuras holmesianas con la realidad (que hemos comentado varias veces 1 y 2) aquí juegan un papel mucho más importante. Blogs de otros personajes, en los que podemos trazar sus relaciones y encontrar pistas, son el de la empleada de la Morgue del St-Barts y el de Connie Prince, víctima en el tercer episodio. Entre otras consecuencias, esto hará que Moriarty conozca los hábitos y dirección de Holmes y que éste deba sufrir las burlas de la policía oficial por no saber que la Tierra gira alrededor del Sol.

Un elemento fundamental de los estudios holmesianos es analizar hasta qué punto el Watson escritor modifica los hechos y la cronología y por qué razones, deliberadas o no. En las adaptaciones fílmicas, es fundamenta el análisis del personaje Watson, ya que la narración en este medio tiende a ser objetiva, desde un punto de vista exterior, por lo que la faceta del doctor como narrador y foco de la acción queda necesariamente disminuida. Esperamos tener ocasión de analizar en profundidad estos aspectos; por el momento podemos observar, en relación con esta serie, que, pese a focalizarse la acción en Watson en los primeros minutos, pasa enseguida a un punto de vista más objetivo, en el que aparece a menudo información a la que ni siquiera tiene acceso y, por consiguiente, nunca nos la podría haber hecho llegar como narrador. En esto juega un papel interesante también el blog, ya que vemos en él que Watson saca a veces conclusiones equivocadas, que miente o que oculta datos.

Gigante
A brazo partido contra el Gólem
Los episodios
Estamos, pues, ante una serie que cumple con las dos premisas fundamentales que una adaptación del mundo sherlockiano necesita: un análisis interesante del Canon y un análisis inteligente de Watson. A demás de ello cuenta con actores muy adecuados, con una excelente banda sonora y una bonita fotografía que saca partido de los paisajes y pálida luz de Londres. Todo ello aderezado con los ya inevitables recursos narrativos para expresar las observaciones o deducciones de Holmes —contrapicados, montajes frenéticos, primerísimos planos, cambios en el ritmo, flashbacks, texto sobreimprimido, etc.—, carismáticos villanos —en particular el Gólem, referencia al Creeper de La perla maldita—, simpáticos guiños al Canon —solo hemos mencionado algunos de los muchos que hay— y leales siddekicks —Hasta Lestrade y Mycroft tienen el suyo respectivo— ¿Qué más se puede pedir? Casos interesantes desarrollados en un guión sólido:

Se ha señalado cierta debilidad en la trama policial del primer episodio. Lo cierto es que cumple su papel, que es restringido, ya que la mayor parte del metraje se dedica a presentar a los personajes y el encuentro entre ellos, incluyendo a Mycroft. Lamentablemente, el segundo episodio no puede recurrir al mismo argumento para justificar su debilidad; algunos elementos están tomados por los pelos y las referencias canónicas se hacen más raras o son muy generales; por ejemplo, los dos crímenes de habitación cerrada se podrían relacionar con EMPT y SIGN respectivamente, pero no deja de ser un tópico de toda la novela policíaca desde Poe. No obstante, ha tenido una buena recepción.

Es decir, las acertadas premisas iniciales nos permitían esperanzas de un desarrollo más interesante de las tramas, esperanzas frustradas claramente en «El banquero ciego». La tercera entrega no llega a satisfacer todas las promesas, pero enmienda la confianza perdida allí hasta donde su final abierto, insatisfactorio por definición, se lo permite. La baza de «El gran juego» es meter un gran número de casos breves en un solo episodio, entre ellos el de los planos del Bruce Partinton, en este caso un misil, en una memoria Usb desaparecida.

La falta de claridad de la productora sobre la posible continuación, el final muy abierto y las reacciones de los personajes secundarios en los blogs de la serie sobre la desaparición de Sherlock, Watson y Moriarty, sugieren un truco publicitario, un intento de provocar la reacción del público pidiendo el retorno de sus héroes, como ocurrió en su día tras el incidente de Reichenbach, cataratas sustituidas aquí por una humilde piscina.

domingo, 4 de julio de 2010

Horror porcino

El cerdo, por su anatomía y el color de su piel, tiene un aspecto similar al humano. Esta similitud resulta turbadora, pero puede ser práctica en ciertos experimentos; Holmes comprueba gracias a ella si era posible que Black Peter, en la aventura que lleva su nombre, hubiera sido clavado de un solo arponazo en la pared, como un entomólogo hubiera hecho con un escarabajo, según la imagen evocada por el inspector Hopkins. Para ello, Holmes había pasado la mañana en la trastienda de una carnicería. Cuando Watson se sorprende al verle llegar con un arpón, le responde: «Si hubiera usted mirado en la trastienda de Allaryce's hubiera visto un cerdo muerto colgado del techo con un gancho y a un caballero en mangas de camisa acribillándolo furiosamente lo con este arma. Esa enérgica persona era yo, y me he convencido de que, con toda mi fuerza, no era capaz de atravesarlo de un solo golpe ¿Quizá quisiera usted intentarlo?».

Paget BLAC Gutschmidt BLAC
Ilustraciones de Sidney Paget y Richard Gutschmidt para BLAC

La memorable imagen del cerdo colgado es uno de esos elementos canónicos que ha sido extrapolado en adaptaciones no canónicas. La similitud con el humano se subraya por el falso bipedismo que se sugiere cuando el cerdo pende y la incomodidad por el hecho de que aparezca abierto y desangrado. Quizá la costumbre de guardar los cuerpos humanos destinados a la disección colgados de ganchos, sin duda por falta de espacio en las escuelas de medicina de la época, inspiró a Doyle la asociación de ideas.

Recogemos imágenes de tres de esas extrapolaciones; en Estudio de terror, la producción de 2009 y el juego de ordenador que enfrenta el Detective a Jack el Destripador:

Sherlock Holmes vs Jack the Ripper

A Study in Terror

SH 2009 Ritchie 01

SH 2009 Ritchie 02

lunes, 21 de junio de 2010

Sherlock y Cleofás

Hasta ahora hemos examinado inspiraciones de Doyle en los clásicos grecolatinos aquí, aquí o aquí y estamos lejos de agotar la cuestión esta vez, tampoco será la última, vamos a ver el precedente en un clásico hispánico:
Al principio de «Un caso de identidad» encontramos la siguiente intervención del detective:

—Mi querido compañero— dijo Sherlock Holmes estando él y yo sentados a uno y otro lado de la chimenea, en sus habitaciones de Baker Street —la vida es infinitamente más extraña que todo cuanto la mente del hombre podría inventar. No osaríamos concebir ciertas cosas que resultan verdaderos lugares comunes de la existencia. Si nos fuera posible salir volando por esa ventana agarrados de la mano, revolotear por encima de esta gran ciudad, levantar suavemente los techos, y asomarnos a ver las cosas raras que ocurren, las coincidencias extrañas, los proyectos, los contraproyectos, los asombrosos encadenamientos de circunstancias que laboran a través de las generaciones y desembocando en los resultados más outré, nos resultarían por demás trasnochadas e infructíferas todas las obras de ficción, con sus convencionalismos y con sus conclusiones previstas de antemano. (Traducción de Amando Lázaro Ros).

Portada de El diablo cojuelo Ilustración para el Diablo Cojuelo
La portada de un ejemplar de la obra de Guevara conservado en la Biblioteca Nacional, tomada de Cervantes Virtual, y un grabado de la obra de Lesage tomado de la Wikipedia

Este fragmento evoca al lector algunos párrafos del tranco primero de la obra de Luis Vélez de Guevara, El diablo cojuelo, cuando el diablo en cuestión, en agradecimiento al estudiante Cleofás que le había liberado de una redoma le lleva por Madrid de la misma manera que Holmes le proponía hacer a Watson en Londres:

[...] asiéndole por la mano el Cojuelo y diciéndole: «Vamos, don Cleofás, que quiero comenzar a pagarte en algo lo que te debo», salieron los dos por la buharda como si los dispararan de un tiro de artillería, no parando de volar hasta hacer pie en el capitel de la torre de San Salvador, mayor atalaya de Madrid,

[...] Y levantando a los techos de los edificios, por arte diabólica, lo hojaldrado, se descubrió la carne del pastelón de Madrid como entonces estaba, patentemente, que por el mucho calor estivo estaba con menos celosías, y tanta variedad de sabandijas racionales en esta arca del mundo, que la del diluvio, comparada con ella, fue de capas y gorras.

Podemos preguntarnos si Conan Doyle conocía el clásico castellano o, dado que la idea no era original de Vélez de Guevara, alguna de las obras que la inspiraron. No obstante, más probable sería que conociera Le Diable boiteux de Alain-René Lesage, que se inspiraba libremente en la obra de Guevara. La versión de Lesage conoció muy pronto una traducción al inglés, así como adaptaciones al teatro y al ballet y es citada por muchos autores, a través de los cuales Doyle pudo conocerla.

El diablo cojuelo en inglés

Portada e ilustración de la obra de Lesage en una traducción inglesa de 1708, esto es, sólo un año después de la publicación del original francés. Imagen tomada de la Wikipedia

No es el único autor victoriano en visitar la fantasía de sobrevolar Londres. Barrie lo hace tanto en Peter Pan en Kengsinton Gardens, como en Peter Pan y Wendy, lo que nos ha deparado bonitas imágenes en sus adaptaciones audiovisuales. Más próximo al argumento que comentamos está Dickens, ya que en su Christmas Carol, un espectro lleva, efectivamente, volando de la mano a Ebenezer Scrooge a ver lo que sucede en el interior de las viviendas londinenses.

Peter Pan Rackham

Frente a las idealizadas imágenes de Disney, Arthur Rackham propone una visión más deprimente y pesadillesca de Londres en su ilustración para Peter Pan en Kensington Gardens

Londres Christmas Carol

Imagen de la reciente adaptación de la obra de Dickens, en la que podemos ver fastuosos planos aéreos del Londres victoriano

Londres

Espectacular vista de Londres tomada de la página de Raphaël Lacoste

Es notable que si sus predecesores hacían un uso moral de este recurso, Doyle lo haga estético. Donde de Guevara, Lesage y Dickens llevan a sus personajes voladores a buscar lo que de reprensible o amable tienen las costumbres de sus conciudadanos, Holmes tiene curiosidad por lo insólito, lo turbador, lo outré. El personaje de Doyle olvida el moralismo, previsible en un policía o un justiciero, para evocar lo más intranquilizador que se oculta tras las banales y municipales fachadas.

La letra capitular está montada sobre una imagen tomada de la película Laberynth, en la que vemos a los goblins creados en colaboración por el marionetista Jim Henson y el ilustrador Brian Froud. Esta entrada es una versión mejorada y aumentada de una aparecida previamente en el blog El Predicador Malvado.

lunes, 7 de junio de 2010

El tántalo

Volvemos a los objetos que podemos encontrar en el 221B de Baker Street. Si el tántalo está relacionado íntimamente con el gasógeno, que ya examinamos en su día, puesto que ambos se usan para servir brebajes alcohólicos, en nuestra clasificación pertenece a la categoría «objetos inferidos», ya que no se especifica en el Canon que los inquilinos de la famosa dirección poseyeran uno. Aunque ha hecho tanta fortuna que toda recreación que se precie de las famosas habitaciones la incluye, la única mención canónica a tal cachivache la encontramos en BLAC y no lo sitúa en allí, sino en la cabaña del viejo lobo de mar Peter Carey: Homes pregunta al inspector Hopkins si había algún otro licor, aparte del ron que la víctima y el asesino parecían haber compartido, a lo que responde «Yes; there was a tantalus containing brandy and whisky on the sea-chest. It is of no importance to us, however, since the decanters were full, and it had therefore not been used.» («Sí; había un tántalo con brandy y whisky sobre el cofre de marino. Sin embargo, no tiene importancia para nosotros: las botellas están llenas, así que no se han tocado.»). Por supuesto, el joven inspector se equivocaba al no prestar atención a ese detalle.

Tántalo de Baker Street
Tántalo expuesto en el museo del 221b de Baker Street. Sus dos botellas contienen ginebra y whisky, como indican los carteles. Al lado puede ver parte del gasógeno

Un tántalo consta de un juego de botellas de cristal labrado, dos o tres en los modelos más corrientes, que se rellenan de los licores favoritos del usuario, y de un bastidor de madera en el que las botellas encajan. Este bastidor permite ver bien las botellas y su contenido, ya que suele ser muy sucinto, a penas una base y un asa en la parte superior, pero dispuesto tan estrechamente que no es posible hacer uso de las botellas sin abrir el listón frontal de la base en otros modelos, un lateral practicable a tal efecto mediando el uso de una llave.

Tantalus F&M 1
Modelo de tres botellas expuesto para su venta en los almacenes de Fortnum & Mason, de Picadilly street. Abajo, detalle que muestra cómo se abre
Tantalus F&M 2

Naturalmente, el fin de tal dispositivo, a demás del decorativo, es impedir beber tan preciosos néctares a aquel que no disponga de una copia de la llave, muy particularmente, a los miembros del servicio doméstico. Como hemos visto recientemente, la desaparición de un licor no era un tema banal.

Castigos divinos
Tres de los más famosos condenados por los dioses en la mitología griega; Tántalo, Sísifo e Ixión, en una ilustración de The Age of Fable, de Thomas Bulfinch, publicado en Filadelfia en 1897, tomada de Clipart ETC

Otro elemento curioso en relación con este objeto es su nombre, que toma de Tántalo Zeúsida, rey de Frigia. La mitología lo hace reo de diversos delitos según las fuentes; de divulgar secretos de los dioses (Eurípides) de haber robado néctar y ambrosía del Olimpo (Píndaro) de haber servido a los dioses la carne de su propio hijo en un banquete (Ovidio) o de haber robado o escondido el mastín de oro de Rea (Pausanias). Pero si el delito es diverso, su castigo es unánime: Tántalo es condenado a pasar la eternidad padeciendo sed y hambre, pese a encontrarse semisumergido en aguas cristalinas y tener frente a sí una rama con deliciosos frutos en sazón: cada vez que intenta aproximarse a uno u otro manjar estos se apartan de su boca. Tántalo se ha convertido en la imagen tópica de los deseos frustrados y raros son los escritores que no han recurrido a ella.

Tántalo BBC
El tántalo en el Perro de la BBC de 1968
Media de seda: Tántalo
En El caso de la media de seda, Holmes hace uso del tántalo, pese a las llamadas a la moderación de su amigo y doctor
Hound of London brandy
La señora Hudson intenta dar un trago subrepticio de brandy en The Hound of London

Al contrario que los poetas, que retratan las tentaciones de sus personajes comparándolos con el infortunado rey, los caballeros victorianos parecen identificarse más bien con los dioses, al negar la bebida a sus subordinados. En el caso particular de Holmes y Watson, hay que tener en cuenta que no había mucho servicio doméstico en Baker street. Había una doncella, que se menciona, por ejemplo, en STUD y se hace referencia a una nueva cocinera en THOR. A veces se menciona a un muchacho, puede que sea el mismo Billy que vemos en MAZA. Quizá cuando Holmes se preguntaba «¿Hasta qué punto tengo derecho a ponerlo en peligro?» no se refería a un peligro criminal, sino a los peligros de la dipsomanía. Como es sabido, la dueña de la casa, la señora Hudson, aseguraba algunas de las tareas domésticas; ciertas parodias holmesianas, apoyándose quizá en sus orígenes escoceses, le atribuyen una marcada afición por las bebidas espirituosas; es el caso en los tebeos de Nicolas Barral o de la película canadiense The Hound of London. No obstante, en la versión de Granada, vemos que la digna señora accede sin impedimentos a las botellas del tántalo para servir un trago reconfortante a Percy Phelps (NAVA). Un cierto Brad Keefauver ha propuesto incluso que de quien había que defender los licores era del hermano alcohólico de Watson mencionado en SIGN. Sabemos que Holmes había de guardar bajo llave la chequera de Watson para que no se arruinara en los caballos ¿quién guardaría la llave del tántalo?

La capitular está montada sobre un grabado del s. XVII que muestra el castigo de Tántalo.

domingo, 23 de mayo de 2010

Holmes y el ajedrez

Una primera versión de este artículo apareció en El Predicador Malvado en septiembre de 2008. La publicamos aquí con importantes mejoras y adiciones.

El ajedrez aparece frecuentemente en las obras de ficción: en ocasiones como un mero elemento ambiental evocador o atributo de un personaje al que se quiere presentar como inteligente, reflexivo o incluso maquiavélico. Otras veces, con mayor desarrollo, puede aparecer una partida, parcial o completa. Un recurso muy utilizado es el del ajedrez como metáfora del enfrentamiento entre dos personajes, que puede funcionar a varios niveles, desde el más metafórico hasta la partida auténtica a la que aludíamos antes, pasando por diferentes formas de calco de la estructura de una partida o de los movimientos de las piezas por el argumento. Esta transposición de la estructura del ajedrez a la narración ha propiciado obras tan interesantes como La torre herida por el rayo, de Arrabal, o la película Fresh e incluso obras maestras como La defensa, de Nabocov, y también desafortunados experimentos como La tabla de Flandes o Jaque al asesino. El análisis de estas alusiones ajedrecísticas en las artes narrativas, pero también en las plásticas, es el objeto del excelente blog Artedrez, por lo que remitiremos a varios de sus artículos en este post, en el que nos centraremos en el ajedrez en el ámbito holmesiano.

Media de seda 07
El tablero jaquelado y sus piezas forman parte de los elementos que encontramos de manera recurrente en las recreaciones de las habitaciones del 221b de Baker Street, pese a que el Canon no los mencione. Arriba, un ejemplo tomado del telefilm El caso de la media de seda

Dentro de la categoría de objetos no mencionados en el Canon, y sin embargo de persistente presencia en las recreaciones de las habitaciones del 221b de Baker Street, está el tablero de ajedrez; pero antes de examinar la explotación de este elemento en pastiches y adaptaciones, veamos qué papel juega en las narraciones de Doyle. Al contrario que Philip Marlowe, capaz de resolver el enigma de la esfinge, no vemos a Holmes acercarse a un tablero en todo el Canon. La alusión más famosa la encontramos en RETI (nada que ver con el jugador Richard Réti ni con la apertura a la que da nombre) en el que este juego había sido el medio a través del cual el asesino y la víctima habían trabado su relación. Hablando del asesino, muy inteligente, pero de dudosa cordura, explica Holmes «Sobresalía en ajedrez, lo que es rasgo de una mente intrigante». Estamos por tanto en el ajedrez como atributo maquiavélico al que hemos aludido. Esto ha hecho pensar a muchos que Holmes no apreciaba este juego; se le podría objetar que la víctima era un jugador de parecido nivel. Además, si el ajedrez se relaciona con el crimen, precisamente por ello lo consideraría digno de estudio. Juan Requena, en su artículo sobre este relato, considera que su estructura imita la de una partida, como en los casos que hemos mencionado más arriba. Sólo en ese caso debería estudiarlo el Detective, ya dice en STUD que sólo le interesa profundizar en los conocimientos y habilidades que puedan serle útiles en su oficio y el ajedrez, como observaron Unamuno y muchos otros, sólo sirve para jugar al ajedrez. No obstante, ese principio de economía holmesiana es contradicho por las acciones y decires del personaje en numerosas ocasiones a lo largo de sus aventuras, como han señalado muchos autores.

REDC2
Uno de los tópicos más visitados por el arte, ya desde Omar Jayyam, es el que compara a los humanos y sus vidas, sujetas a causas que se les escapan, con las piezas de ajedrez. A esa imagen aluden estos fotogramas: en el primero, del episodio que adapta REDC de la serie de Granada, Holmes se ayuda de unos trebejos para representarse a los miembros de la asociación criminal a la que alude el título; en el de abajo se subraya la metáfora por el pequeño tamaño de los personajes en Basil, el ratón superdetective

Basil2

En cuanto a los trebejos como metáfora del enfrentamiento entre dos personajes, se explota en extracanónicamente a menudo para retratar el antagonismo Holmes-Moriarty, ya que subraya su aspecto intelectual. El texto, por su parte, prefiere una metáfora esgrimística o pugilística, ya que Holmes describe su lucha «silenciosa» con el Napoleón del crimen como «the most brilliant bit of thrust-and-parry work in the history of detection» (FINA). Se recurre, sin embargo, a la ajedrecística, para describir su enfrentamiento con el Conde Sylvius: «Holmes looked at him thoughtfully like a master chess-player who meditates his crowning move» (MAZA):

Simpsons in the Strand
Si The Simpsons-in-the-Strand nació con la intención de dar sus cartas de nobleza a la gastronomía británica, su vocación ajedrecística es evidente desde el portal. Abajo, a la izquierda, la «Inmortal», en una animación tomada de la Wikipedia. A la derecha, hemos marcado con un punto rosa la situación del restaurante en el Stanford's Map Of Central London de 1897. La calle mantiene aún hoy el antiguo sistema de numeración que describimos en su momento a propósito de Baker Street y se encuentra en el número 100

AnimECHECS-Gambit-du-Roi1 Simpsons-in-the-Strand

Podemos esforzarnos en encontrar una referencia indirecta: a Holmes y a Watson les gusta cenar en el Simpsons, donde se dan cita en ILLU y pretenden restaurarse al final de DIYN, tras varios días de ayuno de Sherlock. Este local no sólo es famoso por su cocina, sino también como club de ajedrez: fue frecuentado por Staunton y escenario de la «Inmortal» jugada por Anderssen y Kieseritzky en 1851. Podemos, pues, especular que si nuestros amigos eran habituales de The Grand Divan, deberían haber entrado en contacto con este ambiente.

En todo caso existe, como decíamos al principio, una atracción entre los dos mundos; veamos cómo se ha explotado en cine y televisión, en literatura y... en ajedrez:

Empecemos por citar algunos ejemplos fílmicos:

SH Faces Death 1
Arriba vemos a Basil Rathbone en Sherlock Holmes desafía a la muerte, abajo Jeremy Brett reflexiona frente una posición en el episodio «The Abbey Grange», detalle que no se menciona en el relato

«The Abbey Grange» 1

En el episodio que adapta ABBE de la serie de Granada, Holmes se detiene unos instantes frente un tablero, aquí metáfora de la reflexión profunda en la que está sumido. Inversamente, en The Sevent-per-cent Solution (Elemental, Dr. Freud en España) maltrata y desordena las piezas, expresando así el desorden mental y la incapacidad en la que le ha sumido el abuso de la droga.

Seven-per-cent Solution 02
Sherlock delirante en The Sevent-per-cent Solution

En Sherlock Holmes desafía a la muerte, uno de los largometrajes protagonizados por Basil Rathbone para la Universal, el Detective descifra los versos de un ritual ancestral, una versión ajedrecística del de los Musgrave: el hall de la mansión es un gran tablero no había más que fijarse en las baldosas y los versos que la familia debe repetir de generación en generación, en realidad un mensaje cifrado para descubrir un emplazamiento secreto, son los movimientos de una partida (más información en el post correspondiente de Artedrez).

En la versión de la Hammer del Perro de los Baskerville vemos a Peter Cushing enfrascado en una posición mientras escucha la lectura del doctor Mortimer: la posición de las piezas no tiene mucho sentido, como analiza esta entrada de Artedrez; podemos pensar que el detective pretendía únicamente mostrar su falta de interés por la polvorienta leyenda que le estaban contando.

The Hound Hammer
Peter Cushing parece entusiasmado con su movimiento en la película de Terence Fisher

Como Cushing, su gran amigo Christopher Lee interpreta a Holmes en varias ocasiones. Nos presenta aquí otro aspecto del ajedrez: la partida amistosa. Watson juega con negras en The leading Lady.

Leading Lady 2
Vemos a MacNee jugar dos partidas en este artículo; esta como Watson y otra como Sherlock

Young SH
En Young Sherlock Holmes (en España El secreto de la pirámide) Watson y Elizabeth aparecen jugando, pero ella mira más a Holmes que al tablero. Abajo, Rathbone se distrae de la tediosa travesía jugando con otro pasajero del paquebote en Persecución en Argel

Persecución en Argel

Dos ejemplos de partida entre Holmes y Moriarty en la pantalla:
En Hands of a Murderer vemos como el archicriminal visita al Detective en su propia casa, como en FINA, solo que aquí el célebre diálogo toma la forma de un desafío ajedrecístico.



En The Hound of London vemos como Moriarty opta por la defensa Caro-Kann. Hasta el cuarto movimiento siguen lo que podría haber continuado como la variante Bronstein-Larsen o la Korchnoi, lo que dice mucho de la capacidad de los jugadores, ya que la acción se desarrolla décadas antes de que éstas sean estudiadas en profundidad. Lamentablemente, el profesor cae en una celada que le tiende Holmes con goloso cebo, recibiendo un mate prematuro. 1. e4 c6 2. d4 d5 3. Nc3 dxe4 4. Nxe4 Nf6 5. Qd3 e5 6. dxe5 Qa5+ 7. Bd2 Qxe5 8. O-O-O Nxe4 9. Qd8+ Kxd8 10. Bg5+ Kc7 11. Bd8# 1-0.



Curiosamente, el actor que interpreta a Moriarty se equivoca cuando enuncia uno de sus movimientos. MacNee como Holmes está más cómodo en esta escena que en las que implican movimiento

En ambos casos, desmintiendo la mencionada cita de Unamuno, las partidas afectan a la acción; si en el segundo lo hace gracias a una apuesta, en el primero se acude al grado metafórico, ya que si Holmes hace mate al rey negro (mata a Moriarty) deberá sacrificar varias de sus piezas, ya que éste guarda rehenes que serán ejecutados si algo le ocurre.

Un ejemplo interesante, como era de esperar en una producción soviética, lo encontramos en el episodio «Bloody inscription», de la serie protagonizada por Basili Livanov. Al contrario que en The Hound of London, no se usa una variante moderna, sino una bien conocida desde el s. XVI: Holmes opta por la defensa de los dos caballos. Podemos seguir con precisión los ocho primeros movimientos: 1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bc4 Nf6 4.Ng5 d5 5.exd5 Na5 6.Bb5+ c6 7.dxc6 bxc6 8.Be2 h6, que trazan la variante Suhle de la linea Blackburne. Lamentablente, la continuación de la partida no es tan rigurosa como había sido su apertura.



El uso narrativo del juego aquí es muy particular. Los creadores de la serie se toman la libertad de dinamizar escenas canónicas que consideran demasiado discursivas para la narración fílmica aderezándolas con acciones. Ya vimos (aquí) como insertan las sospechas y descubrimientos sobre la verdadera naturaleza de las actividades de Holmes por parte de Watson (STUD) en un combate de boxeo. Análogamente, inscriben la escena canónica del examen del reloj heredado de Watson (SIGN) en una partida de ajedrez. La partida, además, proporciona una excusa dramática natural para que Watson saque su reloj del bolsillo.

Enigma Livanov Enigma del ratón
La posición de la izquierda es la que vemos en «Bloody inscription» tras varios movimientos escamoteados, en los que las blancas no han sido muy sensatas. Vemos que el alfil toma el caballo negro en c4 y luego Holmes da mate con caballo; de nuevo han debido de escamotear movimientos, pues no es posible tal mate en uno solo. La de la derecha esquematiza la de Basil, ratón superdetective que vimos antes. El ratón juega la torre negra a h4, jaque mate; si aceptamos la metáfora de Jayya ¿significa que el detective es dueño de su propio destino?

Last Vampire
Otra alusión al ajedrez en la serie de Granada, en esta ocasión en el episodio «El último vampiro». Retrata al joven Jack Ferguson, de inteligencia poco común, pero perturbado

El último episodio de la paraholmesiana serie Murder Rooms se titula «La estrategia del caballero blanco» (recordemos que knigth se puede traducir como caballero o caballo del ajedrez). Podemos ahí ver una referencia a otra gran obra victoriana que se inspira en la estructura de una partida: Alicia a través del espejo, de Lewis Carrol.

Piezas 2
Existen numerosos juegos de piezas inspirados en los personajes del ciclo holmesiano, aquí vemos dos ejemplos (tomados de aquí y de aquí, respectivamente). Más abajo, un juego a la venta en la tienda del museo de Baker Street (foto original)

Piezas 1

Ajedrez de Baker Street

Ajedrez SH Variantes
Este modelo pueden encontrarlo en la tienda ajedrecística parisina Variantes

En el ámbito de los pastiches y de la literatura ajedrecística también se ha sacado partido de esta relación:
El pastiche por antonomasia en relación con este asunto es Juegos y problemas de ajedrez para Sherlock Holmes, de Raymond Smullyan. El estilo y el tono serán apreciados por los aficionados; la sorpresa del doctor cuando Holmes le propone ir a un club de ajedrez es similar a la que recibe cuando se entera de la existencia de Mycroft. Muy hábilmente, Smullyan dedica el libro al ajedrez retrospectivo, es decir, a problemas en los que hay que descubrir, no los movimientos que siguen, sino los que preceden a la posición dada. De esta manera se salva la dificultad del supuesto desinterés de Holmes en las materias sin relación con la ciencia detectivesca. Si no han tenido ocasión de leerlo aún, aquí publicamos un fragmento con uno de sus problemas y aquí su solución. También tiene algo de acertijo el pastiche en lengua española, «El caso del ajedrecista retirado», de Francisco Domínguez Pérez.

Harry Nelson Pillsbury Black Peter
A la izquierda, Harry Nelson Pillsbury ¿eran él y Holmes una misma persona? A la derecha Holmes investiga en la cabaña de «Black Peter» donde hay un damero, según la ilustración de Frederic Dorr Steele

En el artículo «The Hoax of his Career», Thomas Hailey defiende que el genio ajedrecístico norteamericano Harry Nelson Pillsbury era, en realidad, Holmes bajo una falsa identidad, tal como nos informa Zsuzsa Polgár en su blog.

Holmes Moriarty P.G. Keeney The Chess Correspondent Jan 1945
A la izquierda, partida aparecida en el número de febrero de 1962 del Chess Review (páginas 45-47) por Fritz Leiber. Blancas, Mr. Sherlock Holmes, Negras, Profesor James Moriarty. Gambito de dama rehusado. A la derecha, un problema creado por P.G. Keeney, aparecido en el The Chess Correspondent de Enero de 1945. Mate en dos «Watson ¿puede usted resolver esto?» Es más sutil de lo que parece. Solución, aquí

En su artículo «Chess and Sherlock Holmes», Edward Winter censa varios textos impresos que han explotado la relación entre el Detective y los trebejos. Entre los textos narrativos, a demás del ya mencionado libro de Smullyan, relatos como «The Case of the Mental Detective» de William R. Hartston o «The Mystery of the Missing Pawn» de H.T. Dickinson. Este último pueden leerlo completo ahí mismo, ya que reproduce las páginas 33 y 34 del número de enero de 1911 del British Chess Bulletin, donde apareció el relato en cuestión. Menciona también artículos y alusiones diversas en publicaciones holmesianas, ajedrecísticas y de carácter general. En ellos encontramos problemas y partidas atribuidas al Detective. Un elemento muy interesante de estas partidas es que proponen el ajedrez como un género de ficción creativa ¿cómo jugarían Holmes y otros personajes del Canon? La información que nos dan los relatos proporcionan las pistas y las restricciones sobre las que el creador de una partida ha de hacer la elección de las aperturas, estrategias, etc. Como ejemplo, reproducimos aquí una de éstas, que le enfrenta una vez más a Moriarty y uno de aquellos, que Holmes propone al análisis de Watson. Que Holmes proponga un problema a Watson reproduce el esquema canónico en el que el detective reta al doctor a usar sus métodos, como al principio de HOUN a propósito del bastón del doctor Mortimer o cuando somete a su análisis la carta del rey de Bohemia en SCAN.

Winter no se priva de algunas alusiones gráficas, como esta ilustración de cubierta francesa que pueden ver abajo y que explota la polisemia de la palabra échec, que podemos traducir tanto por jaque como por fracaso y la de uno de los pastiches de de Carole Buggé, The Star of India.

The Star of India Un échec de SH
En la ilustración de cubierta del pastiche de Buggé, los personajes aparecen como piezas, recordando de nuevo la metáfora de Jayyam; también se hace en las de las dos ediciones del de Smullyan que vemos abajo al imaginar, de diferentes maneras, la pieza comida como víctima de un asesinato

Portada Smullyan

El uso de elementos ajedrecísticos en las artes plásticas y narrativas se asocia a la inteligencia, la estrategia, la complejidad, la manipulación, a la ciencia cuando es arte y a la intriga; todos esos ámbitos son también los del detective de Baker Street, por lo que su relación es muy fecunda y nos dará todavía muchas satisfacciones. Ante tal prolijidad, este artículo renuncia humildemente a la exhaustividad.


En los diagramas, a la excepción del de la Inmortal, que está tomado de la Wikipedia directamente, las piezas están basadas en una de las fuentes para ajedrez que ha diseñado Armando Hernández Marroquín: Chess Condal. La capitular está montada sobre una captura de pantalla del episodio que adapta REDC de la serie de Granada. El pastiche de Francisco Domínguez Pérez está tomado de Sherlock-Holmes.es, una de las direcciones recomendadas en el blogrol, en otra, El diario de la señora Hudson, se nos llamó recientemente la atención sobre él.

PS: En este artículo hemos mencionado a Raymond Smullyan, a quien debemos muchos acertijos lógicos, matemáticos y ajedrecísticos. Acabamos de enterarnos de que el gran clásico en ese campo, Martin Gardner, murió ayer. Resolvamos un problema de matemáticas recreativas en su memoria.