
A finales del s. XVIII se descubrió el medio de hacer limonada con burbujas añadiendo carbono; parece ser que dos sabios, Joseph Priestley y Torbern Bergman, llegaron al mismo hallazgo de manera independiente.
A la izquierda, ejemplar expuesto en el Victoria&Albert Museum, de Londres. A la derecha, el prop original usado en la serie de Granada cuando estaba expuesto en el desaparecido Sherlock Holmes Memorabilia, en Baker Street; abajo, el mismo en el episodio que adapta NAVI, con David Burke como Watson. Les invito a encontrar los gasógenos en las ilustraciones que acompañaron al post «Baker street: interiores»

A fines del siglo XIX se patentaron diferentes modelos de botella que permitirían a cada cual disponer de agua carbonatada a voluntad, con el fin de disfrutar de sus supuestas virtudes salutíferas o bien para prepararse un buen copazo. Este último uso es el que interesaba a nuestros amigos Holmes y Watson, que disponían de una de estas botellas en sus habitaciones de Baker Street; el famoso gasógeno. Uno de los problemas técnicos a los que se tuvo que hacer frente fue la tendencia de estas botellas a estallar: una medida de seguridad común era cubrirlas con una malla, que todavía vemos en los sifones actuales, aunque de plástico. El gasógeno, a diferencia de otros modelos de sifón, constaba de dos compartimentos de distinto tamaño; el mayor para contener el agua y el otro para una mezcla de ácido tartárico y bicarbonato de sodio, destinados a producir la reacción química deseada y que pueden ver aquí, gracias a la amibilidad del parroquiano y amigo Illuminatus:
2NaHCO3+HOOC-CH(OH)-COOH —> 2CO2+2H2O+NaOOC-CH(OH)-COONa
Ahí estriba la gran ventaja del gasógeno respecto a otros sifones, ya que se podía rellenar en casa, sin necesidad de aparatos industriales. El funcionamiento del ingenio les parecerá aún más claro gracias a la ilustración siguiente, que presenta un esquema del mismo, así como los accesorios necesarios para su utilización y recarga (un simple embudo). Está tomado de Mixing it up, donde pueden encontrar más imágenes interesantes sobre este particular:


A la izquierda, uno de los ejemplares exhibidos en el museo sherlockiano de San Fernando Valley, California, de cuya página hemos tomadola imagen. A la derecha, un grabado de la época tomado también de la ya mencionada página Mixing it up
Es un objeto fundamental en la ambientación del apartamento, como bien han entendido muchas de las mejores adaptaciones audiovisuales que lo incluyeron en el decorado: cuando el doctor regresaba de visita, durante su matrimonio, el detective le invitaba invariablemente a servirse de él:
«Lacónico, pero con una mirada amable, me invitó a un sillón con un ademán, me lanzó la caja de puros y me indicó unas botellas de licor y el gasógeno en el ricón.» (SCAN)
«Esperando ¿qué? —Ser asesinado, Watson [...] Pero nada nos impide ponernos cómodos entre tanto ¿no es así? ¿se permite el alcohol? El gasógeno y los cigarros están donde siempre.» (MAZA)
Ya saben, estimados parroquianos, si hemos igualmente de esperar a la muerte ¿qué mejor que hacerlo en compañía de los amigos, en un cómodo sillón, con un puro y una copa?
3 comentarios:
Absolutamente de acuerdo con la última frase. Por lo demás, buen Post.
Ya sabes que me gusta destacar las referencias a los autores clásicos en el Canon. Respecto a la actitud de Holmes aquí, cito la definición de epicureísmo de la Wikipedia: «El epicureísmo es un sistema filosófico que defiende la búsqueda de una vida buena y feliz mediante la administración inteligente de placeres y dolores, la ataraxia ("ausencia de turbación") y vínculos de amistad entre sus correligionarios.» A demás, esta filosofía destaca la importancia de la razón e intenta descartar las pasiones, también muy holmesiano: «La razón representa un papel decisivo en lo que respecta a nuestra felicidad, nos permite alcanzar la total imperturbabilidad (ataraxia), la cual Epicuro compara con un mar en calma cuando ningún viento lo azota y nos da libertad ante las pasiones, afectos y apetitos».
El mundo hubiera sido mejor si las enseñanzas de Epicuro hubiesen tenido más difusión, lástima que los cristianos quemaran su obra.
Efectivamente, de la obra de Epicuro se conocen unos pocos fragmentos. Que la primera vez que leí completos fue en una Semana Santa, ahora que lo menciona usted, por cierto...
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