La sombra de Sherlock Holmes se alarga hasta nuestros días y son numerosas las ficciones narrativas, televisivas en particular, que beben del Canon y esto a todos los niveles de análisis: técnicas narrativas, construcción de los personajes, elementos argumentales, etc.
Las revistas decimonónicas publicaban novelas por entregas; cada episodio continuaba la intriga hasta que ésta finalizaba en el último: la próxima vez que lean El Conde de Montecristo, fíjense en cómo Dumas acaba a menudo los capítulos con un cliffhanger. Doyle tuvo la idea de hacer episodios independientes, cuya acción concluyera cada vez, y que el nexo entre ellos fuera el personaje protagonista. El autor habla de esta técnica, hoy común en muchas series televisivas, en Memorias y aventuras:
Pensaba desde hace tiempo que el folletón tradicional tenía más inconvenientes que ventajas, pues un un lector que se perdiera un número podría desinteresarse de la revista. La mejor solución consistía en mantener sólo un personaje, guardando la autonomía de cada entrega. El comprador estaba así seguro de perderse nada. Creo haber sido el primero en advertirlo y The Strand Magazine la primera revista en aplicarlo.
Pensaba desde hace tiempo que el folletón tradicional tenía más inconvenientes que ventajas, pues un un lector que se perdiera un número podría desinteresarse de la revista. La mejor solución consistía en mantener sólo un personaje, guardando la autonomía de cada entrega. El comprador estaba así seguro de perderse nada. Creo haber sido el primero en advertirlo y The Strand Magazine la primera revista en aplicarlo.
Sharona representa un vínculo con el mundo exterior en la aislada vida de Adrian Monk. Imagen del capítulo número 14 de la segunda temporada, «Mr. Monk and the Missing Granny», tomada de aquí
En cuanto al recurso de contar la historia a través de un personaje narrador no protagonista no es original de Doyle: tiene sus raíces en Platón, como tendremos ocasión de ver; su antecedente más inmediato sería el ciclo Dupin de Edgar Alan Poe. Sin embargo la explotación del sistema que se desarrolla a lo largo de las historias holmesianas es tal que se han convertido en el ejemplo por antonomasia de este modo narrativo.
Naturalmente, las series de asunto detectivesco son las más dadas a tomar elementos holmesianos. Las protagonizadas por un detective genial están fatalmente obligadas a definirse según su relación con Holmes; si lo hacemos bajo, es para que no sea como él, si lo hacemos alto, es una referencia directa: Poirot tiene bigote porque Holmes no tenía, Maigret fuma pipa porque Holmes fumaba y así. Entre las series recientes, la que ha tomado una posición más coherente en este terreno es Monk, cuyas referencias a Sherlock Holmes tendremos ocasión de analizar. Entre las series que han conseguido crear un referente original, desmarcándose del paradigma holmesiano, quizá la mejor sea Colombo.
¿Dónde vive House? Elemental, querido Wilson, en el 221b. Imagen del capítulo número 16 de la segunda temporada, «Safe»
No obstante, la serie cuyas referencias holmesianas se han hecho más populares es más de asunto médico que policiaco. Se trata, naturalmente, de House:
Drogadicto genial, su único amigo es el dr. John W., residente en el 221b, arrogante y misántropo, melómano, etc. El censo más completo de rasgos comunes entre ellos pueden encontrarlo aquí, acompañado una lista de citas paralelas entre las dos series.
Pues sí, Batman está parcialmente inspirado en Holmes, según el testimonio de sus creadores. A la derecha, una foto de rodaje de la esperada película con Rober Downie Jr. como Holmes, que pretende explotar la habilidad del detective en artes marciales. Tomada de aquí
Alejándonos del whodunit, encontramos en los protagonistas de series policiacas más «de acción» habilidades, hoy día prácticamente indispensables, que Sherlock Holmes fue el primero en incluir en su panoplia de detective. Bill Finger, el cocreador, junto a Bob Kane, de Batman, dijo haberse inspirado en Holmes «en su doble interpretación de Batman como un maestro de artes marciales y un científico» (cf. Wikipedia). En efecto, Holmes fue un pionero en ambos aspectos: fue el primer personaje de ficción europeo en practicar artes marciales japonesas, antecediendo por dos años a su introducción en Inglaterra en la realidad. Holmes usó y promocionó los métodos científicos en el examen de la escena del crimen y el análisis de las pruebas, por lo que podemos decir que C.S.I. y sus epígonos son consecuencia directa de Holmes, ya que no sólo fue pionero en la ficción, sino que sirvió de inspiración a los creadores reales de esa rama de la criminología. Dedicaremos próximamente sendos post a desarrollar estos dos aspectos del personaje; no se los pierdan.
La letra capitular está montada sobre una imagen de una de las películas con Arthur Wontner como Holmes, una adaptación de «Silver Blaze» con intervención de Moriarti y los Baskervilles (1937). Este artículo se publicará simultáneamente en la sección «Sherlock Holmes del blog» El predicador Malvado.
5 comentarios:
Felicitaciones por tu blog, tiene un contenido realmente interesante.
Son muchas las series y personajes basados en ciertos aspectos de la personalidad de Sherlock Holmes, desde "House", "Monk", a "Mortadelo y Filemón" (no es una broma, son una parodia de Sherlock y Watson) y otros muchos más.
Pienso que lo que realmente atrae de este personaje es que lo consideramos real, en cierto modo. Nos lo imaginamos viviendo en el Londres de finales del siglo XIX en su apartamento de Baker Street, a pesar de que sabemos que en aquella época no existía el número 221B en aquella calle, todavía faltaba mucho para llegar a éste.
Sherlock es un personaje que puedes "odiar" y "amar" al mismo tiempo (que se lo pregunten a Arthur Conan Doyle), pero aun así sigue teniendo millones de seguidores por todo el mundo. Un personaje único, sin lugar a duda.
Gracias, encantando de que te guste: bienvenido.
Muy acertado tu comentario; la sensación de realidad del personaje y la inexistencia del 221b que enuncias sintetizan los post precedentes.
El caso de Mortadelo y Filemón es muy particular: en su versión primitiva Filemón llevaba pipa de calabaza y deerstalker, pero Ibañez pronto se desmarcó de esas referencias: seguramente los dos pelos del personaje son el recuerdo iconográfico del lacito en lo alto de la gorra de cazador. En Bruguera había otros detectives holmesianos; mi favorito era sin duda Sir Tim O'Theo, del gran Raf; de buena gana me tomaría ahora yo una pinta en el pub "El ave turruta".
Me acuerdo de Sir Tim O'Theo, me encanta ese personaje porque me recuerda, en cierto modo, a Sherlock.
Nunca había pensado que los dos pelos de Filemón pudiesen simbolizar el lacito de la típica gorra Holmesiana (lo referente a la pipa, el maletín que llevaba Mortadelo, la nariz aguileña de Filemón, etc., ya lo conocía). Una observación muy inteligente.
También me ha sorprendido leer que el personaje "Batman" esté, en parte, basado en Sherlock Holmes (sí que había notado ciertas similitudes entre ambos pero nunca llegué a pensar que utilizasen a Holmes para crear a su personaje).
¡Vaya! Estas reflexiones me han dado ganas de escribir un post sobre la influencia de Sherlock Holmes en la escuela Bruguera; espero hacerlo en un futuro próximo.
Desde luego, sería un tema digno de interés.
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