Una primera versión de este artículo apareció en El Predicador Malvado en septiembre de 2008. La publicamos aquí con importantes mejoras y adiciones.
El ajedrez aparece frecuentemente en las obras de ficción: en ocasiones como un mero elemento ambiental evocador o atributo de un personaje al que se quiere presentar como inteligente, reflexivo o incluso maquiavélico. Otras veces, con mayor desarrollo, puede aparecer una partida, parcial o completa. Un recurso muy utilizado es el del ajedrez como metáfora del enfrentamiento entre dos personajes, que puede funcionar a varios niveles, desde el más metafórico hasta la partida auténtica a la que aludíamos antes, pasando por diferentes formas de calco de la estructura de una partida o de los movimientos de las piezas por el argumento. Esta transposición de la estructura del ajedrez a la narración ha propiciado obras tan interesantes como La torre herida por el rayo, de Arrabal, o la película Fresh e incluso obras maestras como La defensa, de Nabocov, y también desafortunados experimentos como La tabla de Flandes o Jaque al asesino. El análisis de estas alusiones ajedrecísticas en las artes narrativas, pero también en las plásticas, es el objeto del excelente blog Artedrez, por lo que remitiremos a varios de sus artículos en este post, en el que nos centraremos en el ajedrez en el ámbito holmesiano.
El tablero jaquelado y sus piezas forman parte de los elementos que encontramos de manera recurrente en las recreaciones de las habitaciones del 221b de Baker Street, pese a que el Canon no los mencione. Arriba, un ejemplo tomado del telefilm El caso de la media de seda
Dentro de la categoría de objetos no mencionados en el Canon, y sin embargo de persistente presencia en las recreaciones de las habitaciones del 221b de Baker Street, está el tablero de ajedrez; pero antes de examinar la explotación de este elemento en pastiches y adaptaciones, veamos qué papel juega en las narraciones de Doyle. Al contrario que Philip Marlowe, capaz de resolver el enigma de la esfinge, no vemos a Holmes acercarse a un tablero en todo el Canon. La alusión más famosa la encontramos en RETI (nada que ver con el jugador Richard Réti ni con la apertura a la que da nombre) en el que este juego había sido el medio a través del cual el asesino y la víctima habían trabado su relación. Hablando del asesino, muy inteligente, pero de dudosa cordura, explica Holmes «Sobresalía en ajedrez, lo que es rasgo de una mente intrigante». Estamos por tanto en el ajedrez como atributo maquiavélico al que hemos aludido. Esto ha hecho pensar a muchos que Holmes no apreciaba este juego; se le podría objetar que la víctima era un jugador de parecido nivel. Además, si el ajedrez se relaciona con el crimen, precisamente por ello lo consideraría digno de estudio. Juan Requena, en su artículo sobre este relato, considera que su estructura imita la de una partida, como en los casos que hemos mencionado más arriba. Sólo en ese caso debería estudiarlo el Detective, ya dice en STUD que sólo le interesa profundizar en los conocimientos y habilidades que puedan serle útiles en su oficio y el ajedrez, como observaron Unamuno y muchos otros, sólo sirve para jugar al ajedrez. No obstante, ese principio de economía holmesiana es contradicho por las acciones y decires del personaje en numerosas ocasiones a lo largo de sus aventuras, como han señalado muchos autores.
En cuanto a los trebejos como metáfora del enfrentamiento entre dos personajes, se explota en extracanónicamente a menudo para retratar el antagonismo Holmes-Moriarty, ya que subraya su aspecto intelectual. El texto, por su parte, prefiere una metáfora esgrimística o pugilística, ya que Holmes describe su lucha «silenciosa» con el Napoleón del crimen como «the most brilliant bit of thrust-and-parry work in the history of detection» (FINA). Se recurre, sin embargo, a la ajedrecística, para describir su enfrentamiento con el Conde Sylvius: «Holmes looked at him thoughtfully like a master chess-player who meditates his crowning move» (MAZA):
En el ámbito de los pastiches y de la literatura ajedrecística también se ha sacado partido de esta relación:
El pastiche por antonomasia en relación con este asunto es Juegos y problemas de ajedrez para Sherlock Holmes, de Raymond Smullyan. El estilo y el tono serán apreciados por los aficionados; la sorpresa del doctor cuando Holmes le propone ir a un club de ajedrez es similar a la que recibe cuando se entera de la existencia de Mycroft. Muy hábilmente, Smullyan dedica el libro al ajedrez retrospectivo, es decir, a problemas en los que hay que descubrir, no los movimientos que siguen, sino los que preceden a la posición dada. De esta manera se salva la dificultad del supuesto desinterés de Holmes en las materias sin relación con la ciencia detectivesca. Si no han tenido ocasión de leerlo aún, aquí publicamos un fragmento con uno de sus problemas y aquí su solución. También tiene algo de acertijo el pastiche en lengua española, «El caso del ajedrecista retirado», de Francisco Domínguez Pérez.
En el artículo «The Hoax of his Career», Thomas Hailey defiende que el genio ajedrecístico norteamericano Harry Nelson Pillsbury era, en realidad, Holmes bajo una falsa identidad, tal como nos informa Zsuzsa Polgár en su blog.
En su artículo «Chess and Sherlock Holmes», Edward Winter censa varios textos impresos que han explotado la relación entre el Detective y los trebejos. Entre los textos narrativos, a demás del ya mencionado libro de Smullyan, relatos como «The Case of the Mental Detective» de William R. Hartston o «The Mystery of the Missing Pawn» de H.T. Dickinson. Este último pueden leerlo completo ahí mismo, ya que reproduce las páginas 33 y 34 del número de enero de 1911 del British Chess Bulletin, donde apareció el relato en cuestión. Menciona también artículos y alusiones diversas en publicaciones holmesianas, ajedrecísticas y de carácter general. En ellos encontramos problemas y partidas atribuidas al Detective. Un elemento muy interesante de estas partidas es que proponen el ajedrez como un género de ficción creativa ¿cómo jugarían Holmes y otros personajes del Canon? La información que nos dan los relatos proporcionan las pistas y las restricciones sobre las que el creador de una partida ha de hacer la elección de las aperturas, estrategias, etc. Como ejemplo, reproducimos aquí una de éstas, que le enfrenta una vez más a Moriarty y uno de aquellos, que Holmes propone al análisis de Watson. Que Holmes proponga un problema a Watson reproduce el esquema canónico en el que el detective reta al doctor a usar sus métodos, como al principio de HOUN a propósito del bastón del doctor Mortimer o cuando somete a su análisis la carta del rey de Bohemia en SCAN.
Winter no se priva de algunas alusiones gráficas, como esta ilustración de cubierta francesa que pueden ver abajo y que explota la polisemia de la palabra échec, que podemos traducir tanto por jaque como por fracaso y la de uno de los pastiches de de Carole Buggé, The Star of India.
El uso de elementos ajedrecísticos en las artes plásticas y narrativas se asocia a la inteligencia, la estrategia, la complejidad, la manipulación, a la ciencia cuando es arte y a la intriga; todos esos ámbitos son también los del detective de Baker Street, por lo que su relación es muy fecunda y nos dará todavía muchas satisfacciones. Ante tal prolijidad, este artículo renuncia humildemente a la exhaustividad.
Uno de los tópicos más visitados por el arte, ya desde Omar Jayyam, es el que compara a los humanos y sus vidas, sujetas a causas que se les escapan, con las piezas de ajedrez. A esa imagen aluden estos fotogramas: en el primero, del episodio que adapta REDC de la serie de Granada, Holmes se ayuda de unos trebejos para representarse a los miembros de la asociación criminal a la que alude el título; en el de abajo se subraya la metáfora por el pequeño tamaño de los personajes en Basil, el ratón superdetective
En cuanto a los trebejos como metáfora del enfrentamiento entre dos personajes, se explota en extracanónicamente a menudo para retratar el antagonismo Holmes-Moriarty, ya que subraya su aspecto intelectual. El texto, por su parte, prefiere una metáfora esgrimística o pugilística, ya que Holmes describe su lucha «silenciosa» con el Napoleón del crimen como «the most brilliant bit of thrust-and-parry work in the history of detection» (FINA). Se recurre, sin embargo, a la ajedrecística, para describir su enfrentamiento con el Conde Sylvius: «Holmes looked at him thoughtfully like a master chess-player who meditates his crowning move» (MAZA):
Si The Simpsons-in-the-Strand nació con la intención de dar sus cartas de nobleza a la gastronomía británica, su vocación ajedrecística es evidente desde el portal. Abajo, a la izquierda, la «Inmortal», en una animación tomada de la Wikipedia. A la derecha, hemos marcado con un punto rosa la situación del restaurante en el Stanford's Map Of Central London de 1897. La calle mantiene aún hoy el antiguo sistema de numeración que describimos en su momento a propósito de Baker Street y se encuentra en el número 100
Podemos esforzarnos en encontrar una referencia indirecta: a Holmes y a Watson les gusta cenar en el Simpsons, donde se dan cita en ILLU y pretenden restaurarse al final de DIYN, tras varios días de ayuno de Sherlock. Este local no sólo es famoso por su cocina, sino también como club de ajedrez: fue frecuentado por Staunton y escenario de la «Inmortal» jugada por Anderssen y Kieseritzky en 1851. Podemos, pues, especular que si nuestros amigos eran habituales de The Grand Divan, deberían haber entrado en contacto con este ambiente.
En todo caso existe, como decíamos al principio, una atracción entre los dos mundos; veamos cómo se ha explotado en cine y televisión, en literatura y... en ajedrez:
Empecemos por citar algunos ejemplos fílmicos:
En Sherlock Holmes desafía a la muerte, uno de los largometrajes protagonizados por Basil Rathbone para la Universal, el Detective descifra los versos de un ritual ancestral, una versión ajedrecística del de los Musgrave: el hall de la mansión es un gran tablero —no había más que fijarse en las baldosas— y los versos que la familia debe repetir de generación en generación, en realidad un mensaje cifrado para descubrir un emplazamiento secreto, son los movimientos de una partida (más información en el post correspondiente de Artedrez).
En la versión de la Hammer del Perro de los Baskerville vemos a Peter Cushing enfrascado en una posición mientras escucha la lectura del doctor Mortimer: la posición de las piezas no tiene mucho sentido, como analiza esta entrada de Artedrez; podemos pensar que el detective pretendía únicamente mostrar su falta de interés por la polvorienta leyenda que le estaban contando.
Dos ejemplos de partida entre Holmes y Moriarty en la pantalla:
En Hands of a Murderer vemos como el archicriminal visita al Detective en su propia casa, como en FINA, solo que aquí el célebre diálogo toma la forma de un desafío ajedrecístico.
En The Hound of London vemos como Moriarty opta por la defensa Caro-Kann. Hasta el cuarto movimiento siguen lo que podría haber continuado como la variante Bronstein-Larsen o la Korchnoi, lo que dice mucho de la capacidad de los jugadores, ya que la acción se desarrolla décadas antes de que éstas sean estudiadas en profundidad. Lamentablemente, el profesor cae en una celada que le tiende Holmes con goloso cebo, recibiendo un mate prematuro. 1. e4 c6 2. d4 d5 3. Nc3 dxe4 4. Nxe4 Nf6 5. Qd3 e5 6. dxe5 Qa5+ 7. Bd2 Qxe5 8. O-O-O Nxe4 9. Qd8+ Kxd8 10. Bg5+ Kc7 11. Bd8# 1-0.
Curiosamente, el actor que interpreta a Moriarty se equivoca cuando enuncia uno de sus movimientos. MacNee como Holmes está más cómodo en esta escena que en las que implican movimiento
En ambos casos, desmintiendo la mencionada cita de Unamuno, las partidas afectan a la acción; si en el segundo lo hace gracias a una apuesta, en el primero se acude al grado metafórico, ya que si Holmes hace mate al rey negro (mata a Moriarty) deberá sacrificar varias de sus piezas, ya que éste guarda rehenes que serán ejecutados si algo le ocurre.
Un ejemplo interesante, como era de esperar en una producción soviética, lo encontramos en el episodio «Bloody inscription», de la serie protagonizada por Basili Livanov. Al contrario que en The Hound of London, no se usa una variante moderna, sino una bien conocida desde el s. XVI: Holmes opta por la defensa de los dos caballos. Podemos seguir con precisión los ocho primeros movimientos: 1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bc4 Nf6 4.Ng5 d5 5.exd5 Na5 6.Bb5+ c6 7.dxc6 bxc6 8.Be2 h6, que trazan la variante Suhle de la linea Blackburne. Lamentablente, la continuación de la partida no es tan rigurosa como había sido su apertura.
El uso narrativo del juego aquí es muy particular. Los creadores de la serie se toman la libertad de dinamizar escenas canónicas que consideran demasiado discursivas para la narración fílmica aderezándolas con acciones. Ya vimos (aquí) como insertan las sospechas y descubrimientos sobre la verdadera naturaleza de las actividades de Holmes por parte de Watson (STUD) en un combate de boxeo. Análogamente, inscriben la escena canónica del examen del reloj heredado de Watson (SIGN) en una partida de ajedrez. La partida, además, proporciona una excusa dramática natural para que Watson saque su reloj del bolsillo.
La posición de la izquierda es la que vemos en «Bloody inscription» tras varios movimientos escamoteados, en los que las blancas no han sido muy sensatas. Vemos que el alfil toma el caballo negro en c4 y luego Holmes da mate con caballo; de nuevo han debido de escamotear movimientos, pues no es posible tal mate en uno solo. La de la derecha esquematiza la de Basil, ratón superdetective que vimos antes. El ratón juega la torre negra a h4, jaque mate; si aceptamos la metáfora de Jayya ¿significa que el detective es dueño de su propio destino?
Otra alusión al ajedrez en la serie de Granada, en esta ocasión en el episodio «El último vampiro». Retrata al joven Jack Ferguson, de inteligencia poco común, pero perturbado
El último episodio de la paraholmesiana serie Murder Rooms se titula «La estrategia del caballero blanco» (recordemos que knigth se puede traducir como caballero o caballo del ajedrez). Podemos ahí ver una referencia a otra gran obra victoriana que se inspira en la estructura de una partida: Alicia a través del espejo, de Lewis Carrol.
En todo caso existe, como decíamos al principio, una atracción entre los dos mundos; veamos cómo se ha explotado en cine y televisión, en literatura y... en ajedrez:
Empecemos por citar algunos ejemplos fílmicos:
Arriba vemos a Basil Rathbone en Sherlock Holmes desafía a la muerte, abajo Jeremy Brett reflexiona frente una posición en el episodio «The Abbey Grange», detalle que no se menciona en el relato
En el episodio que adapta ABBE de la serie de Granada, Holmes se detiene unos instantes frente un tablero, aquí metáfora de la reflexión profunda en la que está sumido. Inversamente, en The Sevent-per-cent Solution (Elemental, Dr. Freud en España) maltrata y desordena las piezas, expresando así el desorden mental y la incapacidad en la que le ha sumido el abuso de la droga.En Sherlock Holmes desafía a la muerte, uno de los largometrajes protagonizados por Basil Rathbone para la Universal, el Detective descifra los versos de un ritual ancestral, una versión ajedrecística del de los Musgrave: el hall de la mansión es un gran tablero —no había más que fijarse en las baldosas— y los versos que la familia debe repetir de generación en generación, en realidad un mensaje cifrado para descubrir un emplazamiento secreto, son los movimientos de una partida (más información en el post correspondiente de Artedrez).
En la versión de la Hammer del Perro de los Baskerville vemos a Peter Cushing enfrascado en una posición mientras escucha la lectura del doctor Mortimer: la posición de las piezas no tiene mucho sentido, como analiza esta entrada de Artedrez; podemos pensar que el detective pretendía únicamente mostrar su falta de interés por la polvorienta leyenda que le estaban contando.
Peter Cushing parece entusiasmado con su movimiento en la película de Terence Fisher
Como Cushing, su gran amigo Christopher Lee interpreta a Holmes en varias ocasiones. Nos presenta aquí otro aspecto del ajedrez: la partida amistosa. Watson juega con negras en The leading Lady.
En Young Sherlock Holmes (en España El secreto de la pirámide) Watson y Elizabeth aparecen jugando, pero ella mira más a Holmes que al tablero. Abajo, Rathbone se distrae de la tediosa travesía jugando con otro pasajero del paquebote en Persecución en Argel
Dos ejemplos de partida entre Holmes y Moriarty en la pantalla:
En Hands of a Murderer vemos como el archicriminal visita al Detective en su propia casa, como en FINA, solo que aquí el célebre diálogo toma la forma de un desafío ajedrecístico.
En The Hound of London vemos como Moriarty opta por la defensa Caro-Kann. Hasta el cuarto movimiento siguen lo que podría haber continuado como la variante Bronstein-Larsen o la Korchnoi, lo que dice mucho de la capacidad de los jugadores, ya que la acción se desarrolla décadas antes de que éstas sean estudiadas en profundidad. Lamentablemente, el profesor cae en una celada que le tiende Holmes con goloso cebo, recibiendo un mate prematuro. 1. e4 c6 2. d4 d5 3. Nc3 dxe4 4. Nxe4 Nf6 5. Qd3 e5 6. dxe5 Qa5+ 7. Bd2 Qxe5 8. O-O-O Nxe4 9. Qd8+ Kxd8 10. Bg5+ Kc7 11. Bd8# 1-0.
Curiosamente, el actor que interpreta a Moriarty se equivoca cuando enuncia uno de sus movimientos. MacNee como Holmes está más cómodo en esta escena que en las que implican movimiento
En ambos casos, desmintiendo la mencionada cita de Unamuno, las partidas afectan a la acción; si en el segundo lo hace gracias a una apuesta, en el primero se acude al grado metafórico, ya que si Holmes hace mate al rey negro (mata a Moriarty) deberá sacrificar varias de sus piezas, ya que éste guarda rehenes que serán ejecutados si algo le ocurre.
Un ejemplo interesante, como era de esperar en una producción soviética, lo encontramos en el episodio «Bloody inscription», de la serie protagonizada por Basili Livanov. Al contrario que en The Hound of London, no se usa una variante moderna, sino una bien conocida desde el s. XVI: Holmes opta por la defensa de los dos caballos. Podemos seguir con precisión los ocho primeros movimientos: 1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bc4 Nf6 4.Ng5 d5 5.exd5 Na5 6.Bb5+ c6 7.dxc6 bxc6 8.Be2 h6, que trazan la variante Suhle de la linea Blackburne. Lamentablente, la continuación de la partida no es tan rigurosa como había sido su apertura.
La posición de la izquierda es la que vemos en «Bloody inscription» tras varios movimientos escamoteados, en los que las blancas no han sido muy sensatas. Vemos que el alfil toma el caballo negro en c4 y luego Holmes da mate con caballo; de nuevo han debido de escamotear movimientos, pues no es posible tal mate en uno solo. La de la derecha esquematiza la de Basil, ratón superdetective que vimos antes. El ratón juega la torre negra a h4, jaque mate; si aceptamos la metáfora de Jayya ¿significa que el detective es dueño de su propio destino?
Otra alusión al ajedrez en la serie de Granada, en esta ocasión en el episodio «El último vampiro». Retrata al joven Jack Ferguson, de inteligencia poco común, pero perturbado
El último episodio de la paraholmesiana serie Murder Rooms se titula «La estrategia del caballero blanco» (recordemos que knigth se puede traducir como caballero o caballo del ajedrez). Podemos ahí ver una referencia a otra gran obra victoriana que se inspira en la estructura de una partida: Alicia a través del espejo, de Lewis Carrol.
Existen numerosos juegos de piezas inspirados en los personajes del ciclo holmesiano, aquí vemos dos ejemplos (tomados de aquí y de aquí, respectivamente). Más abajo, un juego a la venta en la tienda del museo de Baker Street (foto original)
En el ámbito de los pastiches y de la literatura ajedrecística también se ha sacado partido de esta relación:
El pastiche por antonomasia en relación con este asunto es Juegos y problemas de ajedrez para Sherlock Holmes, de Raymond Smullyan. El estilo y el tono serán apreciados por los aficionados; la sorpresa del doctor cuando Holmes le propone ir a un club de ajedrez es similar a la que recibe cuando se entera de la existencia de Mycroft. Muy hábilmente, Smullyan dedica el libro al ajedrez retrospectivo, es decir, a problemas en los que hay que descubrir, no los movimientos que siguen, sino los que preceden a la posición dada. De esta manera se salva la dificultad del supuesto desinterés de Holmes en las materias sin relación con la ciencia detectivesca. Si no han tenido ocasión de leerlo aún, aquí publicamos un fragmento con uno de sus problemas y aquí su solución. También tiene algo de acertijo el pastiche en lengua española, «El caso del ajedrecista retirado», de Francisco Domínguez Pérez.
A la izquierda, Harry Nelson Pillsbury ¿eran él y Holmes una misma persona? A la derecha Holmes investiga en la cabaña de «Black Peter» donde hay un damero, según la ilustración de Frederic Dorr Steele
En el artículo «The Hoax of his Career», Thomas Hailey defiende que el genio ajedrecístico norteamericano Harry Nelson Pillsbury era, en realidad, Holmes bajo una falsa identidad, tal como nos informa Zsuzsa Polgár en su blog.
A la izquierda, partida aparecida en el número de febrero de 1962 del Chess Review (páginas 45-47) por Fritz Leiber. Blancas, Mr. Sherlock Holmes, Negras, Profesor James Moriarty. Gambito de dama rehusado. A la derecha, un problema creado por P.G. Keeney, aparecido en el The Chess Correspondent de Enero de 1945. Mate en dos «Watson ¿puede usted resolver esto?» Es más sutil de lo que parece. Solución, aquí
Winter no se priva de algunas alusiones gráficas, como esta ilustración de cubierta francesa que pueden ver abajo y que explota la polisemia de la palabra échec, que podemos traducir tanto por jaque como por fracaso y la de uno de los pastiches de de Carole Buggé, The Star of India.
En la ilustración de cubierta del pastiche de Buggé, los personajes aparecen como piezas, recordando de nuevo la metáfora de Jayyam; también se hace en las de las dos ediciones del de Smullyan que vemos abajo al imaginar, de diferentes maneras, la pieza comida como víctima de un asesinato
El uso de elementos ajedrecísticos en las artes plásticas y narrativas se asocia a la inteligencia, la estrategia, la complejidad, la manipulación, a la ciencia cuando es arte y a la intriga; todos esos ámbitos son también los del detective de Baker Street, por lo que su relación es muy fecunda y nos dará todavía muchas satisfacciones. Ante tal prolijidad, este artículo renuncia humildemente a la exhaustividad.
En los diagramas, a la excepción del de la Inmortal, que está tomado de la Wikipedia directamente, las piezas están basadas en una de las fuentes para ajedrez que ha diseñado Armando Hernández Marroquín: Chess Condal. La capitular está montada sobre una captura de pantalla del episodio que adapta REDC de la serie de Granada. El pastiche de Francisco Domínguez Pérez está tomado de Sherlock-Holmes.es, una de las direcciones recomendadas en el blogrol, en otra, El diario de la señora Hudson, se nos llamó recientemente la atención sobre él.
PS: En este artículo hemos mencionado a Raymond Smullyan, a quien debemos muchos acertijos lógicos, matemáticos y ajedrecísticos. Acabamos de enterarnos de que el gran clásico en ese campo, Martin Gardner, murió ayer. Resolvamos un problema de matemáticas recreativas en su memoria.
PS: En este artículo hemos mencionado a Raymond Smullyan, a quien debemos muchos acertijos lógicos, matemáticos y ajedrecísticos. Acabamos de enterarnos de que el gran clásico en ese campo, Martin Gardner, murió ayer. Resolvamos un problema de matemáticas recreativas en su memoria.
5 comentarios:
Enhorabuena por el artículo! Está muy bien documentado, en Baker St siempre aparece algún ajedrez, pero no pensé que estuviera tan relacionado con Holmes.
Y ahora que lo pienso, en el filme de "Basil,el ratón superdetective", en la juguetería hay un tablero de ajedrez en el que Basil, moviendo una pieza, hace un jaque-mate =)
Saludos!
Gracias, Enola, por la puntualización.
Desde que publiqué la primera versión del artículo, hace casi dos años, había ido recopilando material.
Desde que guardé las imágenes de Basil, se me había olvidado que el ratón jugaba una pieza negra y, por culpa de ello, pasé un buen rato dándole vueltas a la posición. El hecho de que sea él quien dé mate lo cambia todo ¡menos mal que me avisas! Ya lo he corregido.
Una pregunta. ¿Toda esta cantidad de datos tan concretos sobre jugadas de ajedrez (y en ocasiones, sobre sus protagonistas) se debe exclusivamente a su documentación para escribir la entrada? ¿O es usted además aficionado a este juego?
Soy aficionado al ajedrez, pero, lo lamento, nunca he llegado a estudiar teoría; de manera que, aunque sí conocía la Inmortal o en qué consiste un gambito de dama rehusado, muchos de los datos, como las variantes de la apertura de los dos caballos, etc. los he descubierto documentándome para el post.
¡Hola!, ¿Cómo están?.
Me gusta mucho el ajedrez, no soy aficionado; pero sí lo juego de vez en cuando. Creo que me atrae más la parte artística del ajedrez como tal, es decir, las diferentes tallas de piezas que existen como el ajedrez Regence, el ajedrez Sant George, el ajedrez Faberge, el ajedrez Staunton, etc.
Tengo una pequeña duda y quizás ustedes me la puedan responder:
Es bien sabido que en los diagramas de ajedrez se representa a alfil mediante el ícono de una mitra con sus 2 ínfulas; pero hay ciertos diagramas (como uno que vemos acá) en donde el alfil está representado mediante un yelmo con visera.
Si el alfil es la representación estilizada de un obispo, ¿Por qué se le representa a veces usando un yelmo, un casco de armadura de caballero medieval?.
He buscado libros que hablen del arte y el ajedrez a ver si en algún lado se explica esto y aún no he logrado encontrar nada... Si me pudieran ayudar sería buenísimo.
Saludos,
...
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